viernes, 1 de noviembre de 2013

La Necesidad, ¿quién la padece? ¿a quién le conviene?

¿Quién va a pensar en moral y en ética cuando se tiene la apremiante necesidad de alimentarse a sí mismo y a la familia? Esas difíciles teorías se las dejamos a Kant y sus amigos, eruditos de siglos pasados, porque a lo que a nuestro pueblo concierne, las necesidades primarias se denominan así porque van antes de cualquier tipo de reflexión o estudio, son simples requerimientos físicos que no dan espera y nos pueden llevar en determinado punto a actuar de forma reprochable.

Afortunados aquellos pensadores que podían pasar meses e incluso años en casas de retiro preguntándose por el sentido de la vida, por el ser y el no-ser, por todas aquellas cuestiones inalcanzables para las mentes de la mayoría, y aunque no hay que negar que algunos de esos personajes son los más eminentes de la historia, ellos se lo deben en gran parte a la condición privilegiada de la que gozaron toda su vida.

Ahora bien, ¿se le pueden exigir tales brillanteces intelectuales a una persona de a pie? Claramente no. No se puede negar que uno siempre puede llevarse la sorpresa de encontrar mentes prodigiosas en lugares donde la esperanza de hallarlas es mínima, pero esas son excepciones muy escasas. La necesidad es urgente, la madre cabeza de hogar que pueda ver un poco más allá de sus narices no dudará mucho en enrolar a su hijo en las fuerzas armadas o en la policía nacional para así evitarse la decepción de tener que cargar en un futuro con un delincuente o drogadicto. Ella sabe que no pasará mucho tiempo para que su criatura tome tales pasos, así que la fuerza pública parece la solución adecuada.

Al igual que la madre cabeza de hogar de aquel pobre barrio, la mayoría de las personas actuamos movidos por la mera necesidad, nos vendemos como mercancía inerte a las estructuras de poder (el aparato estatal y las empresas privadas) y olvidamos cualquier tipo de idealismo que alguna vez haya pasado por nuestra cabeza. Hace años mis viejos se vendieron, ayer un amigo me contó que se vendió, seguro mañana yo me venderé. La mayoría de gente que se vende empieza a sentirse satisfecha cuando ve que su sacrificio es compensado con ascensos, honores o retribuciones extras, las cuales seguramente utilizará para endeudarse y así, ayudar a que se enriquezcan las avaras corporaciones que nos dominan a punta de créditos y ofertas tramposas.

Poder público y poder privado viven unidos en perniciosa alianza, han coexistido por décadas puesto que los intereses de quienes representan tales poderes no son muy diferentes unos de otros, cuando en efecto deberían serlo. Ninguno de los dos es benévolo, tan sólo tienen consigo una serie de facultades y prerrogativas que les permiten reglar y dominar la vida de los hombres, de esa manera mantienen al individuo promedio en una especie de feliz prisión, en la que este se ve obligado a desenvolverse durante toda su vida porque confía en que quienes administran y vigilan lo hacen por amor al prójimo o porque hicieron méritos para ello.

Así pues, la Necesidad aparece como la materia prima que los poderes público y privado usan para dominar a la población y sostener el Sistema. Antes de terminar, unos ejemplos:

1.      En un país maleducado e inculto, el crimen es el pan de cada día, lo que lleva a las autoridades y a la misma comunidad a pensar que la Necesidad urgente es aplicar más fuerza para reprimir a quienes alteran el orden público.
2.      Cada cuatro años, hombres de la más alta alcurnia aseguran que si los elegimos, tendremos el más prometedor de los futuros, y con la Necesidad rebosante del pueblo, estos personajes toman incautos a sus electores y se hacen a un rentabilísimo negocio: la Política.1.       
3.      La persona que por fin; luego de casi 20 años de estudios, consigue un trabajo y un salario decente, es abordada de inmediato por empresas de todo tipo para que consuma, consuma y no deje de consumir. Si no tiene dinero, no importa, se le ofrece todo tipo de formas de pago para que viva endeudado el resto de su vida. Pero recuerde: la Necesidad (creada por las mismas empresas y auspiciada por los medios) de atiborrarse de objetos y así poder lograr buenas impresiones en sus frívolas amistades, es ahora la Más Importante, ¡No importa si usted es un idiota!